Para comenzar el trabajo lo primero que hay que hacer es preparar la base sobre la que vas a poner el suelo de hormigón pulido.
Es necesario limpiar, nivelar y compactar la superficie, de esta forma te aseguras que no surjan problemas derivados del asentamiento y movimientos del terreno.
El siguiente paso es la colocación del plástico. Su función es ejercer de barrera de vapor contra la humedad que se transmite entre el terreno y la solera.
Toca el vertido del hormigón, pero previamente hay que conformar el armado, compuesto de un mallazo electrosoldado. También se puede utilizar hormigón mezclado con fibras de polipropileno o acero. Aunque la solución idónea serían utilizar las dos: mallazo y fibra.
Con armado preparado se inicia el vertido del hormigón repartirlo uniformemente con un rastrillo y finalizar llaneando con regla vibradora o metálica.
Una vez tener toda la superficie cubierta con el hormigón, siguiente proceso es la incorporación de la capa de rodadura. Normalmente se utiliza 5 kg / m2.
Para finalizar, una vez que el proceso de fraguado ha terminado, el suelo de hormigón hay que pulir con una máquina industrial. El resultado final es un pavimento liso, brillante y de larga duración.
Escribir comentario